Del 11 de octubre 2024 a febrero 2025
Sala Jesús Gallardo
Zoe Aparicio Mendoza
Narración de lo contemplativo, en Zoe Aparicio, por Jaime Bailléres
En el conflicto de las definiciones de “lo contemporáneo” en el arte, podemos encontrar un abrevadero que permite suponer que hay un Universo por descubrir; una de esas aristas se ubica en la producción de la fotografía en sus diversas propuestas que no se han marginado en este mundo mediático que nos agobia con la frivolidad o banalidades.
En el campo de la creación de imágenes fotográficas, por increíble que sea, hay ejemplos todavía que nos provocan sorpresa y asombro. A la distancia, Lorca diCorcia sigue vigente en el linaje del cual, se apropiaron no pocos estudiosos de la imagen; ya sea para crear obra fotográfica o para ahondar en una crítica mucho más detallada o incidente en las narraciones, que en la forma. Por supuesto que ésta última no es menos importante, pero en el tramado de ciertas estéticas de “lo existencial” el sujeto social parece ser un elemento que ya no es meramente el sufriente, sino el ornamento en lo contemplativo. Es decir, los personajes de cierto tipo de fotografías terminan por ser referentes de lo dinámico, no-estáticos. Y en ese formato de fotografía dirigida o de intervención, se inicia un pequeño atisbo a la cinematografía.
Zoe Aparicio nos muestra la posibilidad de construir un mundo multiverso, en las descripciones de los espacios y sensaciones que se amplifican hacia lo inadmisible, por ejemplo, el olor de las imágenes. Sus personajes nos relatan su silencio, su introspección o deambular en crisis. Pero no por esto, uno tiene que sufrir para entenderlo. El sentido estético de estas imágenes no solo es la narración más allá de lo visual, sino de lo que suponemos “entender” cuando los otros sentidos no están activos.
Cada imagen es una largo y laberíntico relato. Implica un reto descifrar sus prólogos y finales, pero debido a su despliegue estético, hay resoluciones contundentes. En la tradición de la identificación de género, Zoe Aparicio podría ubicarse en los linderos de una cofradía; la de Aino Kannisto, Elina Brotherus o Theresa Hubbard. Y esto, por decirlo, en resumen, no es poca cosa.
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