CINE CLUB, FEBRERO, 72 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE, EL DESIERTO ROJO

EL DESIERTO ROJO 
11 de febrero 2023 | 17:30 y 20:00 h | Auditorio Euquerio Guerrero
General, $40.00; comunidad universitaria e INAPAM, $20.00
Bono 7 películas: General, $200.00; Comunidad universitaria e INAPAM, $100.00

Il deserto rosso | Michelangelo Antonioni | Italia-Francia | 1964 | 117 min
D: Michelangelo Antonioni. G: Michelangelo Antonioni y Tonino Guerra. F en C: Carlo Di Palma. M: Giovanni Fusco y Vittorio Gelmetti [música electrónica]. E: Eraldo Da Roma. Con: Monica Vitti (Giuliana), Richard Harris (Corrado Zeller), Carlo Chionetti (Ugo), Xenia Valderi (Linda), Valerio Bartoleschi (Valerio), Rita Renoir (Emilia). Prod: Antonio Cervi. CP: Film Duemila, Federiz, Francoriz Production. Dist: FDR.

La esposa del administrador de una planta de energía eléctrica en Rávena lucha por ocultarle a su marido su descontento e intensa necesidad de afecto. Mientras deambula por sombríos paisajes industriales, cubiertos por gases tóxicos que envenenan el ambiente, está tentada a iniciar un amorío con el compañero de trabajo de su marido. Los panoramas de alienación contemporánea de Michelangelo Antonioni definieron la década de los 60 en el cine europeo y El desierto rojo, su primera película en color, es quizá la más trascendental. Apoyado en la belleza de su musa Monica Vitti y en una asombrosa composición pictórica, Antonioni desarrolló una compleja meditación sobre el coste espiritual de la era tecnológica.

Premios y Festivales
1964 León de Oro a Mejor Película y Premio FIPRESCI. Muestra Internacional del Arte Cinematográfico de la Bienal de Venecia. Italia.
1965 Premio Nastro d'argento a Mejor Fotografía en Color [Carlo Di Palma]. Sindicato Nacional Italiano de Periodistas de Cine.
1967 Premio a Mejor Película Extranjera. Círculo de Críticos de Cine de Kansas City. Estados Unidos.

Michelangelo Antonioni
Ferrara, Italia, 1912
Su filmografía emprendió un viaje existencial que retrató la angustia, la soledad y la incomunicación de la sociedad moderna, con una propuesta transgresora que tendía a lo abstracto, a la ausencia de emociones y a exponer el vacío espiritual, en obras como la llamada “Trilogía de la incomunicación” (La aventura, de 1960; La noche, de 1961 y El eclipse, de 1962) o Blow Up (1966).

Crítica
El desierto rojo se estrenó en 1964, casi veinte años después del final de la guerra, momento en el que Italia se había recuperado de la devastación y estaba en camino hacia la prosperidad. La industria petroquímica contribuyó con especial vigor a la recuperación: las empresas SAROM y ANIC, que oímos mencionar en la película, comenzaron a refinar en los alrededores de Rávena en los años 50, transformando el adormecido paisaje del estuario al sur del río Po en el vasto vertedero industrial que la película dramatiza de forma tan sorprendente.

La actitud de Michelangelo Antonioni hacia los cambios culturales y económicos que
afectaban a su país parece haber sido compleja y ambivalente. Como ultramoderno, abierto a las innovaciones de la ciencia, aprobaba estas tendencias. No era, sin embargo, un marxista o un luchador de clase. Los argumentos políticos no eran su principal interés: sus preocupaciones eran metafísicas y filosóficas. Parece que creía que, al ritmo de la tecnología, la moral también debía evolucionar. Nuestra incapacidad para adaptarnos a los nuevos ritmos de vida industriales había provocado, según él, un peligroso desequilibrio en nuestra naturaleza psicológica y espiritual.

El desierto rojo es el más ambicioso de todos los intentos de Antonioni por fundamentar la condición de nuestra existencia moderna en una teoría de la alienación. La alienación en cuestión es muy compleja, y es parte de la dificultad de la película, pero también de su logro: que los sentimientos que se manifiestan sean tan fundamentalmente contradictorios. Por un lado, diría Antonioni, el mundo creado por el avance tecnológico es indudablemente bello: lo vemos en las fantásticas formas esculturales creadas por la industria –las vigas, las tuberías y las torres de alta tensión–. Por otro lado, este nuevo mundo está muy cerca del infierno. Un páramo es un páramo, al fin y al cabo, y si ha nacido una "nueva belleza" (la película muestra que así ha sido), el fenómeno está atravesado por el veneno.

Extractos de un texto de Mark Le Fanu
The Criterion Collection
Nueva York, 21 de junio de 2010
Traducción: Israel Ruiz Arreola

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