CINE CLUB, FEBRERO, 70 MUESTRA DE CINE INTERNACIONAL, HABITACIÓN 212

HABITACIÓN 212
15 de febrero 2022 | 17:30 y 20:00 h | Teatro Principal

Cupo limitado | Uso obligatorio de cubrebocas
Taquilla: general, $30.00; comunidad universitaria e INAPAM, $20.00
Bono 7 películas: General, $150.00; Comunidad universitaria e INAPAM, $100.00


Chambre 212 | Francia-Luxemburgo-Bélgica | 2019 | 86 min | C
D y G: Christophe Honoré. F en C: Rémy Chevrin. E: Chantal Hymans. Con: Chiara Mastroianni (María), Vincent Lacoste (Richard a los 25 años), Camille Cottin (Irène), Benjamin Biolay (Richard), Stéphane Roger (“la voluntad”), Harrison Arevalo (Asdrubal), Marie-Christine Adam (madre de María), Carole Bouquet (Irène a los 60 años). CP: Les Films Pelléas, Bidibul Productions, Scope Pictures, France 2 Cinéma. Prod: Philippe Martin, David Thion, Serge Hayat, Lilian Eche, Christel Henon y Geneviève Lemal. Dist: Mirada Distribución. 

Tras 20 años de matrimonio, María decide dejar todo atrás para comenzar una nueva vida. El primer paso es hospedarse en la habitación 212 de un hotel ubicado frente a la casa en la que vivía junto a su pareja. Pero, con el paso del tiempo, comenzará a preguntarse si tomó la decisión correcta. Varios de los personajes que la han acompañado en su vida tienen una idea sobre este dilema, y pretenden hacérselo saber. Una admirable Chiara Mastroianni protagoniza esta especie de fantasía onírica y psicoanalítica en la que, a partir de un singular dispositivo teatral que mezcla ironía, tragedia y surrealismo, se habla sobre el amor, los recuerdos y los distintos caminos que se forjan en la vida.

Premios y festivales
2020 Nominación al Premio César a Mejor Actriz Protagónica (Chiara Mastroianni). Academia de las Artes y Técnicas del Cine de Francia. | Película inaugural y Selección Oficial de la sección Direccions. D’A Festival Internacional de Cine de Autor de Bacerlona. España.

2019 Premio Una Cierta Mirada a la Mejor Interpretación (Chiara Mastroianni). Festival de Cannes. Francia. | Selección Oficial de la sección Voilà! Festival de Cine de Hamburgo. Alemania. 

Christophe Honoré
Bretaña, Francia, 1970
En la década de 1990, llegó a vivir a París, donde cultivó su oficio como escritor y después como cineasta. Tras debutar en la dirección con el corto Nous deux (2001), se ha consagrado como un creador de obras marcadas por un toque personal, un claro gusto por cierto romanticismo pop y una habilidad para integrar a sus ídolos artísticos en un particular imaginario fílmico. 

Crítica
No cualquiera puede aspirar a la catástrofe. Se requiere audacia, espíritu de riesgo, la ambición de ir más allá de lo imaginable, un nivel de libertad creativo que arrase con todo límite. Incluido el de la necesidad de la propia existencia. Habitación 212 reúne todo eso y más. El filme de Christophe Honoré empieza como un vodevil –«Me gustan las comedias», dice la protagonista–, sigue como melodrama matrimonial y deriva a una especie de farsa fantástica en la que fantasmas del pasado se corporizan en un cuarto de hotel.

María (una excelente Chiara Mastroianni) es profesora de derecho. Allí, en la habitación 212, se reencuentra con su marido veinte años más joven, la examante de éste, su mamá, su abuela y un doble de Charles Aznavour, que según dice representa su fuerza de voluntad. María tuvo incontables amantes y su esposo Richard siempre fue el último en enterarse. Tras un mensaje del último amante de ella, un joven chileno, discuten. La mujer se aloja en ese hotel junto a la gente que tuvo o tiene que ver con su condición de casada, con sus infidelidades y con el pasado de Richard. Hay una gran escena en la que María se encuentra con todos sus examantes juntos en la habitación. Es un poco la imagen del camarote de los hermanos Marx, donde entra tanta gente que termina siendo como un tsunami.

Se requiere un mínimo de levedad para que una comedia sea comedia. Pero, ¿Honoré quiso filmar una comedia? Por lo que puede verse, quiso hacer una comedia, una tragedia, una película consciente de su mutación. El director francés sustrae el carisma de lo cómico, el peso de lo trágico y el cruce coherente entre ambas. Hay un bar llamado “Rosebud”, diálogos como «El amor se construye en la memoria», ostentosos travellings cenitales sobre los decorados y una banda sonora donde un sublime tema de Charles Aznavour convive con el piano de Richard Clayderman. Toda esa teatralidad representa una conciencia metafórica sobre los caminos de la vida y la voluntad para decidir cuál tomar.
Extractos de un texto de Horacio Bernades
Página 12
Buenos Aires, 1 de abril de 2021

Comentarios