ARTES ESCÉNICAS, NOVIEMBRE, TEATRO UNIVERSITARIO - DON JUAN TENORIO

Don Juan Tenorio
Miércoles 31 de octubre, jueves 01, viernes 02 y sábado 03 de noviembre, 2018 | 19:30 hrs.
Mesón de San Antonio  | General $80.00 y Estudiantes e INAPAM $40.00

Teatro Universitario
Director: Hugo Gamba Briones

Sinopsis:
Don juan es un personaje universal, constituye un tipo específico de hombre, ejemplifica un mito y –en cierta forma– personifica un héroe.

Sus expresiones literarias son múltiples y repercutieron en otras áreas artísticas. Recordemos a tirso de molina, José zorrilla, Byron, moliere, pushkin, baudelaire, musset, hoffmann, Mozart, Strauss, merimée, dumas y Balzac, entre los creadores que abordaron a este singular personaje. Así mismo, los estudios y ensayos sobre don juan llenan bibliotecas.

Don juan se hizo popular en nuestro medio por distintas circunstancias. Durante años el pueblo llenaba las salas de los teatros en el mes de noviembre para repasar sus desmanes, sus amoríos y su salvación, se disfrutaba el drama de zorrilla cuyos versos fáciles pero magistrales –a juicio de Darío– eran aprendidos de memoria. A esta popularidad contribuyó no sólo la trama de la historia, sino también los fantasiosos hechos que la rematan y son esenciales en su estructura.

Pocos pueblos como el mexicano tan dispuestos a entretenerse, reflexionar o divertirse con los muertos. Cuando leemos las acotaciones de zorrilla para la escenificación de su obra, nos habla de esqueletos saliendo de sus tumbas, de calaveras que hablan, de seres que atraviesan las paredes y aceptan los convites a cenar, todo lo cual de inmediato remite algo familiar, apegado a nuestra tradición e idiosincrasia y que podría recordar cualquier ilustración de Guadalupe posada.

Pero veamos con más detenimiento las causas del don juan de zorrilla, que junto con don quijote y la celestina representan tres de las obras literarias españolas más importantes de todos los tiempos.

A este respecto podemos aventurarnos en varias tesis, donde quizá la más acertada sea aquella en la cual don juan personaliza el poder, no el poder civil de la autoridad, sino el poder personal. Don juan hace lo que quiere actuando siempre con denuedo y con cinismo, es un burlador porque puede serlo, es un osado que no elude las consecuencias de sus actos, vive plenamente sus impulsos, para lo cual ha roto con todas sus reglas morales y legales.

La época y el lugar del don juan de zorrilla no ofrecen un orden normativo del todo identificable. El exceso de mando, de escrúpulos religiosos, de cortapisas, de tabúes y de intocables, genera una atmósfera tanto pesada como chocante que invita a contrariarla, se produce por reacción un impulso de cambio, de romper ligas, mandamientos y reglas. Don juan  logra a la perfección romper con todo, incluso la relación con su padre.

Hay en ello algo que a la gente complace: a los triunfadores lo siguen las multitudes. Desde las primeras escenas se aprecian tales características por la manera en que don juan y don Luis mejía exponen sus fechorías en una taberna de mala fama. Don Luis es también un bribón, pero no se acentúa con la autenticidad desinteresada de don juan, él está dispuesto a casarse con doña Ana de Pantoja por pura conveniencia: “mujer muy rica me dan” dice y con ello espera convertirse en señor respetable y acomodado. En cambio, cuando don juan roba a doña Inés, no lo mueve ni el dinero ni la comodidad, sino sólo la aventura, aunque esta última –tema central de la obra– le resulta bien diferente a las vividas anteriormente.

En realidad don juan nunca ha conocido el amor, sólo su lado erótico, pero repentinamente sufre un percance con el cual no contaba: enamorarse de doña Inés.

Los comentaristas no explican cómo se da este súbito enamoramiento que, por lo demás, se encuentra en la línea de las grandes tragedias amorosas donde la simple aproximación, el leve contacto, el presentimiento, operan la fascinación.

Este amor de don juan empieza a manifestarse desde que Brígida describe a Inés con fidelidad, no se perciben los motivos claramente lúbricos vistos en otras obras de este mismo tipo. En la tragedia de Calixto y Melibea, por ejemplo, es imposible negar la fuerza de una franca atracción sexual superpuesta a un amor puro. El amor aquí es sólo deseo y Calixto busca simplemente su deleite, según él mismo lo declara sin rodeos, mientras Melibea es físicamente generosa, de pechos altos, labios gruesos y sensuales.

Don juan, antes de su encuentro con doña Inés, ha explorado ya todas las veredas del erotismo y ha burlado mujeres a placer. En el ensayo del escritor español Gregorio marañón sobre el donjuanismo, se ostenta la hipótesis de un indiferenciado, un intersexual, formado a partir de sus aventuras amorosas y su inestabilidad frente a la mujer. Pero esta teoría se debilita ante el surgimiento de un personaje que marañón no quiso tomar en cuenta: doña Inés.

En tirso de molina, todas las conquistas de don juan se ofrecen como parte inherente del drama, mientras zorrilla las da por pasadas y vistas para concentrarse en la contraria, en la conquista de la mujer sobre el hombre, en el nítido mandato de Inés sobre la voluntad errática y aventurera de don juan. Llega, por fin, a la fijación diferenciada, al amor que ignoraba y había esquivado siempre con petulancia, el cual llega por la inesperada vía de la ternura.

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