CINE CLUB, JULIO, DOMINGOS DE CINE EN EL PRINCIPAL, ASESINOS POR NATURALEZA

ASESINOS POR NATURALEZA
Domingo 08 de julio 2018 
Teatro Principal | 20:00 hrs. | Entrada libre

Programación sujeta a cambios sin previo aviso.
Natural Born Killers | Oliver Stone | Estados Unidos | 1994 | 119 min.

Asesinos por naturaleza 
Oliver Stone (1946), neoyorquino de cepa, es un cineasta muy controvertido en vías de convertirse en el cronista por antonomasia del poder y sus excesos, lo mismo en el ámbito gubernamental que en los medios de comunicación. Contra viento y marea, desde la década de 1980 se ha visto las caras con la violencia y la corrupción. El crimen y la venalidad le han sido fuentes a explorar. En sus periplos cinematográficos Stone señala móviles o los busca, no los oculta por audaces o inviables que parezcan. El resultado está a la vista. Con base en las pesquisas de Jim Garrison en JFK (1991), recreó y reformuló los hechos aceptados sobre el asesinato del presidente Kennedy, echándolos por tierra, haciendo que bulleran nuevas especulaciones. 

En 1994, dejándonos literalmente con la boca abierta, se lanzó al ruedo con Asesinos por naturaleza (Natural Born Killers), que en cierto modo, se vio opacada por el caso de O. J. Simpson que -al igual que la masacre años atrás de Sharon Tate, esposa del cineasta Roman Polanski- tuvo en la prensa amarillista un aliado no solicitado, pero casi imbatible. No en vano los tabloides encontraron rápidamente la manera de vincular Asesinos por naturaleza con la carnicería de O. J. Simpson. Simpson, estrella del futbol americano y actor, fue llevado a juicio en 1994 por el asesinato brutal de su ex esposa, Nicole Brown Simpson, y su compañero íntimo Ronald Goldman. El juicio fue televisado y explotado ad nauseam por la prensa amarillista. 

Por el paralelismo referenciado, al crimen en Norteamérica se le empezó a ver como deporte. A las primeras de cambio se advirtió que la época pronosticada por Naranja mecánica (1971), filme de Stanley Kubrick sobre la eliminación violenta de los viejos e indeseables, era una realidad. Asesinos por naturaleza resucitó el asunto. 

Mickey (Woody Harrelson), psicópata de sonrisa artera, exhibe un tic pronunciado en el ojo izquierdo. Mallory (Juliette Lewis) es una ninfeta punk. Ambos forman una pareja de amantes cuya semejanza, se nos advierte, con cualquier personaje de la vida real es simple coincidencia. En un lapso de tres semanas, sin saber inicialmente el por qué, se dedican a matar humanos tal si fueran mosquitos u hormigas mantequeras, tan sólo porque les caen mal o nada más por un acto gratuito. 
Se dan vuelo y asesinan con saña a policías, meseras, empleados de tienda y a un alguien que les pedía un ride en la carretera. En poco tiempo adquieren celebridad en la prensa escrita y televisiva. Hacen carrera en los media. Todos allí los apapachan y buscan tomarse la foto. No hay escapatoria; los tornan una leyenda a través de esos 15 minutos de fama a los que todos aspiramos. Asesinos por naturaleza es un filme sobre la violencia cotidiana. Tiene una fuente inmediata, la cultura de las imágenes, pues es definitivo que nuestro cerebro ha sido invadido y colonizado a la fuerza por los medios de comunicación, que actúan como drogas. 

Hablamos de una cinta excelente que no todos avalan a consecuencia del pretendido exceso de sangre vertida. Al respecto, cito a Jean-Luc Godard: "La sangre en el cine es pintura roja o cátsup". Más que la violencia real es el tono, la actitud y la expectación de peligro lo que procura aquí la sensación angustiante. 

Reconozco lo dicho por Roger Ebert: "Oliver Stone, como todo satirista, sabe que demasiado realismo debilita el efecto". Asesinos por naturaleza, en contrario, siempre nos mantiene en ascuas.
Natural Born Killers (EEUU, 1994). Dirección: Oliver Stone. Guion: David Veloz, Richard Rutowski, Oliver Stone, sobre una historia de Quentin Tarantino. Fotografía: Robert Richardson. Edición: Brian Berdan y Hank Corwin. Reparto: Woody Harrelson (Mickey Knox), Juliette Lewis (Mallory Knox), Tom Sizemore (detective Scagnetti). 


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