CINE CLUB, 63 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE, DULCES SUEÑOS

DULCES SUEÑOS 
18 de enero 2018 | 17:00, 19:15 y 21:30 hrs.
Auditorio Euquerio Guerrero | General, $30.00; comunidad universitaria e INAPAM, $20.00

Fai bei sogni | Marco Bellocchio | Italia-Francia | 2016 | 134 min
D: Marco Bellocchio. G: Marco Bellocchio, Edoardo Albinati y Valia Santella, basados en la novela homónima de Massimo Gramellini. F en C: Daniele Ciprì. M: Carlo Crivelli. E: Francesca Calvelli. Con: Valerio Mastandrea (Massimo), Bérénice Bejo (Elisa), Guido Caprino (padre de Massimo), Barbara Ronchi (madre de Massimo), Fabrizio Gifuni (Athos Giovanni), Linda Messerklinger (Anita), Dario Dal Pero (Massimo adolescente), Nicolò Cabras (Massimo niño). CP: IBC Movie, Kavac Film, Rai Cinema. Prod: Beppe Caschetto. Dist: Mirada Distribución. 

Turín, 1969. La idílica infancia de Massimo se ve truncada a los nueve años por la inexplicable muerte de su madre. Treinta años después, tras convertirse en periodista, empezará a sufrir ataques de pánico. Mientras se prepara para vender el departamento familiar, Elisa, una doctora, intentará ayudarlo a enfrentarse a las heridas de su pasado. El veterano director Marco Bellocchio rememora los últimos cuarenta años de la historia italiana a través de un ir y venir entre la niñez del protagonista durante los años 60 y 70 y su adultez en los 90. De manera más directa y emotiva que en sus películas anteriores, el autor dibuja un mapa sentimental sobre temas como la pérdida y la familia.

Premios y festivales
2017 Nominación a diez premios David de Donatello, incluyendo mejor película y mejor director. Academia del Cine Italiano. | Premio Dante Ferretti a mejor escenografía y Premio Alida Valli a mejor actriz de reparto (Barbara Ronchi). Festival Internacional de Cine de Bari. Italia. 
2016 Selección oficial de la Quincena de Realizadores. Festival de Cine de Cannes. Francia. | Selección oficial. Festival Internacional de Cine de Gijón. España. | Selección oficial. Festival de Cine de Gante. Bélgica.

Marco Bellocchio 
Plasencia, Italia, 1939
Formado en la Academia de Arte Dramático de Milán y en el Centro de Cine Experimental de Roma, dirigió su primer largometraje, Con los puños en los bolsillos, en 1965. Realizador de más de cuarenta obras a lo largo de cincuenta años, su trabajo ha estado siempre influenciado por su filiación política.

Crítica
La marca indeleble de ver el ataúd de tu madre cuando se es un niño. Tragedia incomprensible y seguramente imposible de gestionar. No hay palabras de consuelo, de justificación, pero el silencio tampoco es una buena opción. Los adultos se vuelven niños huidizos, y los niños, adultos contestatarios, en un juego de identidades y caprichos, de dolor y muerte, que acaba convirtiendo el recuerdo imborrable del duelo en el signo que marca una personalidad. Para siempre.
Marco Bellocchio, anciano de 77 años, intelectual crítico, geógrafo del poder en Italia, el político y el social, ha compuesto una película extraordinaria sobre el misterio de la pérdida: el de una madre, el de la infancia, el de la felicidad, el del futuro. Dulces sueños es una obra sobre la angustia que se ve a través de ráfagas, de pinceladas impresionistas sin una pizca de sentimentalismo, de subidas y bajadas del espíritu.

Bellocchio lleva cincuenta años radiografiando el aislamiento de la burguesía italiana. Aquí, en Dulces sueños, con un relato en dos tiempos, el de un chaval de nueve años, a finales de los 60, el de un periodista casi cuarentón, en los años 90, el director ofrece un curso de puesta en escena y montaje, de tratamiento de las elipsis y de los insertos, a través de una fotografía de piso viejo italiano, ocre, marrón, de habitaciones amplias y ventanales cerrados. Poesía visual, lírica y trascendental, en la que unas imágenes de Raffaella Carrà o de La mujer pantera, de Belfegor o de un concurso de saltos de trampolín, pueden ejercer de metáfora de toda una vida.

De paso, Bellocchio habla de periodismo y de religión, incluso de futbol, como ese póster del [equipo] de Turín junto al crucifijo, ambos sobre la cama. «Un hombre feliz no conseguirá nada en la vida», dice alguien en la película. Pero, ¿qué es la felicidad? Quizá el fantástico baile de Valerio Mastandrea, ese que expulsa traumas; quizá las pecas que rodean la sonrisa de Bérénice Bejo; quizá, simplemente, la verdad.

Fragmentos de un texto de Javier Ocaña
El País (elpais.com/cultura)
Madrid, 16 de febrero de 2016



Comentarios