ESPACIOS DE ARTE, FIC 2014, SUEÑOS SIN FRONTERAS

Sueños sin Fronteras
Pintura de Rick Bartow
Curaduría: René Bustamante
Museografía: Carlos Ashida
Corredor Artístico Tomás Chávez Morado 

Sueños sin Fronteras
Por René Bustamante

Para demostrar la profunda e interdependiente relación entre humanos y animales, Rick Bartow explora con su depurado sentido estético este vínculo; la potente yuxtaposición de imágenes con los espacios en blanco que sugieren la posibilidad de transformación, un tema central en la vida creativa del autor.
En el momento en que una ave o un coyote adquieren características humanas, nos induce a recordar sobre nuestro origen animal, nuestro lugar en el mundo natural, nuestra total bancarrota, depredador comportamiento y alienación dominado por el abuso de los recursos naturales. 
Cuando alguien lo visita en su casa-estudio, con frecuencia habla de las gaviotas,  de los árboles que rodean su espacio, el murmullo de las olas del mar a la distancia, los halcones y águilas surcando el firmamento, -son mis parientes- dice, -aquí crecí, aquí vivo- por ser del grupo étnico Yurok, estas palabras no son dichas a la ligera o casualmente. Sus descripciones sobre su entorno son una invocación. De alguna manera nombrando a su familia nos sitúa de inmediato para darnos una referencia del por qué en todo su proceso artístico aparecen animales, o animales con características humanas, en proceso de ser el otro, así nos incluye y nos hace cómplices de ese otro ámbito, quizás más interno y reflexivo que externo. 

Bartow, como artista, tiene el deseo y la intención de establecer un diálogo, tanto consigo mismo como quien se encuentra ante una de sus obras y analiza y siente lo que ve. Nos quiere como partícipes y acompañantes. Nos conmina a encontrar nuestro lugar en la crónica humana y en el gran misterio que nos rodea, este misterio, si queremos explicarlo racionalmente, estaríamos perdiendo el tiempo, tenemos ideas pero quizás no nos sirvan de mucho; quizás en algunos momentos pensemos en una explicación fácil y seguir adelante. En realidad aquí lo único que nos queda es sentir, permitir que la imagen nos atrape y nos conduzca a otro ámbito. En este proceso posiblemente no salgamos tan lastimados dejándonos llevar, pero también cabe la posibilidad de que morir en el proceso. Ahí reside el poder evocativo de sus creaciones.

Rick Bartow tiene esa rara habilidad de transmitirnos y enriquecer la experiencia humana que ilumina no solamente la suya sino también la nuestra; su frecuente e inquietante capacidad visual para acercarnos a ese mundo espiritual del que generosamente comparte con el público. A Bartow parecen no preocuparle en lo más mínimo las emociones muy fuertes: dolor, terror, pérdida, deseo, hasta una fugaz felicidad. Con certeza podríamos decir que el no tiene temor para expresar y mostrar visualmente sus miedos y demonios encarando todos sus tumultuosos sentimientos y emociones.
Al representar gráficamente la tenue línea que separa lo animal de lo humano, entre lo espiritual y lo mundano, entre lo femenino y lo masculino, entre los espacios más profundos del dolor y el sentimiento de pérdida, al mismo tiempo y sin muchas contradicciones, nos produce una profunda alegría y una ciega certeza de estar vivo; un homenaje a la existencia. 

El acertado método de combinar tan dramáticamente el color con los trazos negros y la abundancia de espacios en blanco, que algunas personas interpretan como que al artista se le agotó la imaginación o los materiales para terminar su obra, cuando en realidad está permitiendo entrar a un ámbito poco usado que es la imaginación.

El sistema simbólico de Rick Bartow es vasto; cruces, puntos, triángulos, números, frases, nombres, palabras escritas al revés y frases en otros idiomas habitan cómodamente en su lenguaje pictórico. Referencias a sí mismo, sutiles mensajes o autoretratos explícitos encuentran un espacio en su trabajo.

Su imaginario personal es extraordinariamente amplio, y su familiaridad con la cultura  nativa de donde proviene, así como de la historia universal del arte y mitología mundial es vasto. Su mirada, en vez de estar influenciada en forma simple por los artistas y lugares que ha conocido, simplemente establece una conexión y un intercambio entre su propia visión y la de otros seres de otras culturas y tiempos y con procesos diferentes. Entonces debemos entender el trabajo y búsqueda artística de Rick Bartow, como la continuación de un diálogo que se inició con nuestros ancestros y antepasados, los chimpancés, y que continúa fructíferamente hasta nuestros días.
San Pablo Etla, Oaxaca
Septiembre, 2014 

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